El Sevilla está en crisis

Las bajas de hombres como Jesús Navas y Luis Fabiano hacen daño y este sábado, en el Sánchez Pizjuán, sufrieron ante el Almería su cuarta derrota consecutiva en Liga. La llegada de Gregorio Manzano al banquillo reanimó al cuadro hispalense, pero las ausencias en los últimos partidos han devuelto al equipo a mitad de tabla. El Almería, sin embargo, pagaría por estar en su situación, puesto que los tres puntos conseguidos en el derbi andaluz no le sacarán de los puestos de descenso, que seguirá ocupando una jornada más [Estadísticas y comentarios].

Las sensaciones, sin embargo, son muy distintas en el bando rojiblanco. Desde la llegada de Oltra en sustitución de Juanma Lillo el equipo ha mostrado una cara mucho más saludable y si hace un par de jornadas ya salía derrotado con dignidad de Mestalla, este sábado se llevó el triunfo aprovechando el bache por el que atraviesan los nervionenses. Diego Alves, con otro penalti atajado en su historial, y Piatti con dos tantos de muy bella factura, fueron los grandes artífices del triunfo.

La justicia del fútbol, tantas veces caprichosa, repartió los premios a destiempo. El Sevilla tuvo una salida engañosa, y en los primeros minutos José Carlos lanzaba un balón con el interior de la zurda que se estrellaba contra la cruceta. Engañosa porque no tardó en ceder el testigo a un Almería que sí se sentía cómodo con el balón. Crusat y Corona fueron quienes mejor movimiento le dieron a la pelota, aunque les faltó un punto para lograr inquietar al rival. Uche entraba en contacto con el cuero fuera de la zona de peligro y ninguno de sus acompañantes atinaba con la puerta.

Cuando mejor atacaba el Almería, el Sevilla acarició el gol gracias a un penalti infantil cometido por Vargas, que cortó un centro con la mano sobre la línea del área. Pero Kanouté no tenía el día y, ante un especialista en los lanzamientos de once metros, falló con un disparo demasiado centrado y sin malas intenciones. Tampoco hubiera sido justo que los de Manzano se adelantaran entonces, pues eran los visitantes quienes mejor estaban jugando.

Sólo en la recta final de la primera mitad el Sevilla empezó a salir a flote. El receso no les cortó el buen momento, pero de nuevo la balanza funcionó al revés y fue el Almería quien se adelantó. Renato sacó un cabezazo de Uche en la línea de gol, Vargas volvió a rematar y de nuevo se topó con el brasileño, que actuó de portero de circunstancias en la jugada. El linier, sin embargo, consideró que el balón había entrado y concedió gol. Ni en las repeticiones se pudo apreciar con claridad el verdadero desenlace de la jugada.

El tanto calmó a unos y espoleó a otros. Después de los cinco minutos de rigor que le llevó digerir el gol en contra, el Sevilla empezó a crecer y no paró de hacerlo hasta casi el final del partido. Hizo suyo el balón y atacó con todo lo posible. José Carlos y Diego Capel hicieron daño por las bandas y Negredo disfrutó de algún momento de lucidez que pudo suponer el empate. En la mejor ocasión, recibió de espaldas en un costado y empezó a sortear rivales hasta plantarse en el área pequeña donde, para sorpresa de muchos, careció de instinto asesino y quiso culminar con la misma elegancia que había construido la jugada.

El Sevilla no escatimaba en esfuerzos y arriesgaba demasiado. Se exponía a las contras. Y le llegó el castigo. En una de ellas, Piatti recibió de espaldas, se dio la vuelta con un fantástico control orientado y soltó un extraordinario zurdazo que se coló en la portería tras rebotar en el larguero. Una gol de campanillas que ponía contra las cuerdas al Sevilla. En esta ocasión los de Manzano no perdieron el tiempo intentando entender lo que había pasado -y eso que en este tanto sí valía la pena recrearse-, y sólo un par de minutos más tarde Kanouté remachaba libre de marca en el área pequeña un pase atrás de Acosta.

Con el empate en la yema de los dedos el Sevilla se lanzó al precipicio. Y el Almería volvió a aprovecharlo. Ya con el tiempo cumplido, Piatti culminó otra contra rematando con el tacón en el área pequeña. El argentino y Diego Alves, que aún tuvo tiempo para sacar un balón de la escuadra, fueron los mejores argumentos que puso el Almería para conseguir la victoria, aunque todavía no son suficientes para salir del descenso.

yo no soy del betis,pero seguro que si el betis hubiese ganado lo que el sevilla,seguro que no irian con esa chuleria que ha tenido del nido,por caracter de los beticos seguro que no ,asi pasa el betis es un equipo apreciado y respetado en todos los campos y el sevilla en su casa y para de contar