como defenderse

La palabra es el arma más peligrosa y dañina que podemos utilizar
contra alguien. Todos recordamos alguna situación cercana en la que una
persona, conocida o no, nos ofendió con una palabra malsonante, un tono
agresivo o una observación desafortunada sobre nuestro aspecto, nuestra
situación laboral, nuestra pareja, nuestra forma de pensar... A veces, estos
ataques injustificados suelen provenir de la misma persona, alguien que por alguna
razón disfruta humillándonos o poniéndonos en ridículo. ¿Cómo conviene contestar
a estas “bofetadas” verbales? ¿Hay alguna forma de asegurar que no vuelvan a repetirse?
“¡No puedo creer lo que me ha dicho!”
La mayoría de las veces estas agresiones nos pillan por sorpresa, nos dejan atónitos y
sin respuesta; otras la contestación llega cuando es demasiado tarde, y nos lamentamos
pensando lo bien que no sentiríamos si hubiéramos contestado tal o cual cosa;
y otras tantas respondemos con demasiada agresividad, malgastando así una preciosa
energía en alguien que no se lo merece.
¿Cómo defenderse de los ataques verbales?

La reacción normal es la estupefacción, pq te coge en frío, no te esperas una reacción así y tragas, vaya que si tragas. Hay que tener mucho poder de reacción y a la vez mucha sangre fría para poder soltar lo que sí te gustaría haber soltado una vez en frío y pensado sobre el ataque.

También hay que tener en cuenta los beneficios que te puede reportar el saltar a la provocación o callarse, a veces, esto último es lo más conveniente.

Taluec